A la confusión —calma. Dale tiempo y perspectiva. Busca el ángulo.
A la locura —escucha. Una nueva idea nacerá.
Al miedo — memoria. Recuerda donde has estado y lo que has superado.
A las lágrimas — soltar. Recuerda que son el agua bendita que limpian el alma. Nuevos lentes llegarán.
A la queja y al malhumor — gratitud. Recordatorio que estás olvidando todo lo que sí tienes.
Al dolor — compasión. Abrázame, soy tu niña interior.
A la soledad — recalibrarse. Unidad con mi YO que me cura.
Al rencor —perdón. Lo que juzgo del otro es algo que aún no me perdono.
A la cólera — resistir. Abrazar la herida hasta que se vuelva cicatriz.
A las crisis —identificar. Ya pasará, aquieta la mente y deja que la tormenta pase, solo mójate, pero no te desgastes. No hay mal que dure que 100 años.
Al mundo físico y espiritual —reales. Ambos son reales, pero no puedes permanecer en uno mucho tiempo. Encuentra el equilibrio.
A la ilusión — sostén de fe y esperanza. Abraza y acepta lo que sí fue y lo que no fue. Sin imaginación no se materializa, pero no todo es para ti.
Al tiempo – respeto. El tiempo no quita, el tiempo regala, momentos, personas, vida y muerte. Acepta sus ciclos. No se puede comer lo mismo todos los días.
A la mente — úsala. Es una herramienta, no la maestra. La maestra eres TÚ. El poder lo tienes tú. Fuerte y poderosa herramienta que ocupa jinete. Entrena al jinete porque la mente es salvaje.
Con AMOR Areli Olivares
BLOG
[…] y llore tanto que un río nació de mis lágrimas, entonces bebí de él y continúe llorando. Que me impulsaba a beber, no lose, […]