Un hábito es una acción en forma de costumbre que se realiza repetidamente por un tiempo determinado, esto puede ser de manera consciente que es cuando se realiza la acción con los cinco sentidos o inconsciente que es cuando una acción se ha realizado durante un tiempo prolongado de forma automática, sin poner plena conciencia en ello (cinco sentidos), como por ejemplo, conducir un automóvil.
Es esa acción consciente o inconsciente que se realiza en repetidas ocasiones en la misma hora, día o situación y que ello es lo que genera que se llame hábito.
Existen hábitos “buenos” como el tomar agua natural constantemente o realizar ejercicio físico, pero ¿Qué pasa con los malos hábitos? ¿Por qué son más difíciles de dejar de realizarlos? O ¿Qué hábitos buenos evito?
Podemos considerar como un mal hábito aquella acción que trae consigo más perjuicios que beneficios, ya sea, hacia tu salud mental o física, como, por ejemplo, fumar, tomar alcohol, consumir azúcares, harinas, no realizar ejercicio, el uso excesivo del celular, no leer, etcétera.
La verdadera cuestión es: ¿por qué conlleva tanto esfuerzo o es más difícil dejar un mal hábito?
Existen múltiples tratamientos en forma de medicinas o acciones que obligan a la persona a dejar un mal hábito de forma tajante, más sin embargo, obliga a la persona a adoptar un comportamiento de forma repentina, por lo cual el cuerpo no está facultado para dejar de realizar esa acción de un día o de un momento para otro.
Es por ello que el mal hábito se complica al abandonarlo y en cuestión de días se regresa a él. La acción negativa que se desea dejar, ya sea con alimentos o un comportamiento negativo, son un tipo de droga (metafóricamente hablando, aunque también puede ser con drogas reales, aplica lo mismo), del cual se tiene que desintoxicar al cuerpo desde la mente.
Pero, ¿cómo enseñas a la mente (hermosa herramienta, por cierto) a dejar de realizar una acción negativa?
Para comenzar, si se sigue viendo aquel mal hábito como algo OBLIGATORIO de renunciar, siendo sinceros, al ser humano siempre ha tenido un conflicto con la palabra OBLIGATORIO, porque ello significa para su inconsciente, reglas o un trabajo forzoso que requiere un esfuerzo y disciplina mayor.
El hecho es que para dejar un mal hábito exitosamente debes tener un compromiso contigo mismo. Pero, ¿cómo se realiza ello?
Tendrás que hacer consciente lo inconsciente.
Inconscientemente, se realizan acciones repetidas, desde que nos levantamos de la cama hasta que nos acostamos a dormir. El hecho de que al levantarte de tu siesta acudas inmediatamente al baño a hacer tus necesidades fisiológicas ya es un hábito que realizas de forma automática.
La razón principal por la cual a una persona se le complica tanto el dejar un hábito negativo es el hecho de que no se hace consciente de él o no se procede a realizarse así mismo las preguntas correctas, como por ejemplo:
¿Qué estoy haciendo y por qué lo hago?, ¿Por qué tengo este hábito?, ¿Es bueno o es malo para mí o mi salud?, ¿Con qué fin lo hago? ¿Y qué beneficios o prejuicios me tiene este hábito? Y sobre todo, ¿me gusta hacerlo?, ¿O lo hago para encajar en algún estereotipo o verme “bien”?
Dejar un hábito negativo es tan simple como realizar el interrogante correcto.
Las preguntas o interrogantes son la puerta de salida de la ignorancia, que harán que te hagas consciente del porqué llevas realizando esa acción por meses o quizás años y jamás te has cuestionado o el porqué o para qué. Si algún día te hiciste la interrogante, probablemente, solo le diste una respuesta que quedó en el aire sin trascender.
Mi primera recomendación es realizar todas las interrogantes de manera escrita (el mundo mental adquiere un control cuando materializas)y que, en el momento de reflexionar las respuestas, las escribas de igual manera.
Imagina que le estarás dando respuestas a una persona ajena a ti, como a un amigo que pide tu consejo, el cual te está pidiendo tu opinión de sí lo que está realizando es lo que realmente desea y lo correcto con un sí o no, y el porqué.
Después leerías aquellas respuestas para ti. No te imaginas lo importante que es la escritura para hacerte consciente de tus pensamientos, pues ello, es plasmar o materializar un pensamiento que se vuelve tangible para un mayor entendimiento.
Posteriormente, con los días, al realizar dicha acción, las preguntas estarán en tu mente y cada vez te preguntarás más el porqué, para qué se lleva a cabo esa acción y cuál fue el detonante que te llevó a realizarla.
Conforme pase el tiempo, sacarás a flote ese hábito que realizabas en automático para realizarlo conscientemente, pues ya lo observaste con todos tus sentidos.
Por ejemplo, si fumas, una de las razones que te deberías de cuestionar es: ¿por qué fumo? Bueno, probablemente pienses, primero lo hice porque se veía bien ante los demás, después lo hice para inhibir la “ansiedad”, pero ello no me la quita, al contrario, solo me genera la ansiedad de prender otro y así sucesivamente (o sea que en lugar de inhibirla la aumenta), no me genera sensación de placer o no me induce a un estado efecto psicotrópico.
Entonces, ¿solo me deja mal olor, los dedos amarillos, me generan un gasto, se ve mal y me mancha la dentadura? La respuesta es sí.
Este ejercicio te lleva a hacerte consciente de una acción inconsciente y el fin o efecto de ello (ley de causa y efecto).
Créeme que cuando lo veas de esta manera, lo pensarás dos veces para llevar a cabo esa acción. Mientras más sincero seas contigo mismo, más rápido de ira aquel hábito negativo, la honestidad es fundamental.
Otro punto importante es que seas congruente con lo que deseas y la acción. Si es un hábito que lo realizas desde hace años, claramente, no lo podrás cortar tajantemente de un día a otro, pero sí podrás reducir su consumo o acción hasta que prácticamente sea nula, a tal punto que no recuerdes en qué día lo dejaste. Un día simplemente no estará más y no te abras dado cuenta.
Ten en claro que requiere de esfuerzo y disciplina, pero si estás leyendo este texto, te aseguro que algo en tus adentros te pide auxilio o atención para mejorar tu salud o mente, porque el alma así lo desea y claro es que, de no ser así, no estuvieses leyendo esto.
Así que esa es la señal, de “si quiero cambiar esto”. Todo cambio se realiza desde adentro, solo tienes control de tu SER, no del exterior; es por ello que tus otros intentos no han funcionado.
Puedes acompañar este texto con más consejos de artículos o libros de hábitos, pero créeme que esto es la BASE para el mejoramiento de tus rutinas y hábitos, así que no solo te quedes con esta información y nútrete de lo que necesites para llevar a cabo lo que tú desees y ordenes a tu mente, pues recuerda que ella está para servirte a ti y a tus deseos.
Has dejado correr tu mente sin aprovechar su potencial para descubrir tus verdaderas dotes, pues esta te ha mantenido entretenido con “hábitos de supervivencia” y apenas si los notas, pues ella solo hace lo necesario para sobrevivir, pues su amo (o sea tú) aún no la descubre como su leal servidora y le ha dejado la rienda suelta.
Toma la rienda y haz consciente lo inconsciente, ¿cómo? Cuestiona absolutamente todo lo que haces en un día normal. ¿Por qué vas al baño? ¿Con cuál pie te levantas?, ¿Por qué cepillas tus dientes así? ¿Qué pienso los primeros cinco minutos al despertar? ¿Me doy cuenta de todo lo bueno que tengo o solo vivo quejándome?
Por qué, ¡qué dichoso es el que tiene ojos para leer esto!
Por: Areli Olivares.