Hemos dicho que, por encima de toda polaridad, está la Unidad que llamamos «Dios» o «la luz».
En un principio la luz era la Unidad universal. Aparte de la luz no había nada, o la luz no hubiera sido el todo. La oscuridad no aparece sino con el paso a la polaridad, cuyo fin es única y exclusivamente el de hacer reconocible la luz. Por consiguiente, las tinieblas son producto artificial de la polaridad, para hacer visible la luz en el plano de la conciencia polar. Es decir, la oscuridad sirve a la luz, es su soporte, es lo que lleva la luz, y no otra cosa significa el nombre de Lucifer. Si desaparece la polaridad, desaparece también la oscuridad, ya que no posee existencia propia.
La luz existe; la oscuridad, no. Por consiguiente, las tantas veces citada lucha entre las fuerzas de la luz y las fuerzas de las tinieblas no es tal lucha, ya que el resultado siempre se sabe de antemano. La oscuridad nada puede contra la luz. La luz, por el contrario, inmediatamente convierte la oscuridad en luz –por lo cual la oscuridad tiene que rehuir la luz para que no se descubra su inexistencia.
Esta ley podemos demostrarla hasta en nuestro mundo físico, como expresa la frase de «así abajo como arriba». Vamos a suponer que tenemos una habitación llena de luz y que en el exterior de la habitación reina la oscuridad. Por más que se abran puertas y ventanas para que entre la oscuridad, esta no oscurecerá la habitación, sino que la luz de la habitación la convertirá en luz. Si abrimos las puertas y ventanas, también esta vez la luz transmutará la oscuridad e inundará la habitación.
La enfermedad como camino por THORWALD DETHLEFSEN Y RÜDIGER DAHLKE
[…] en la nueva ERA de luz. Siempre escoge el camino de la luz y la verdad, es lento pero efectivo. No quieras realizar todo con prisa porque saldrá mal. Si […]